Una serie de acontecimientos afectó su juego. Posteriormente, tras una visita a Pompeya en 1917, redescubrió la frescura y el componente vital del arte clásico primigenio, y en su dibujo de unas Bañistas de ese año realizó una composición de formas más naturalistas, aunque estilizadas y tratadas con la libertad artística de su original creatividad. El club no facilitó ni un solo parte médico sobre su estado y solo Mourinho apuntó a una lumbalgia para justificar su ausencia.